2 hermosos lenguados
1 ají amarillo (congelado y de fácil adquisición, aunque puede suplirse por otro chile fresco)
2 escalonias
Ramitas de cilantro
1 mango
Algunos dados de pulpa de maracuyá congelada (a falta de la gelatinosa pulpa fresca de la cada vez menos exótica fruta)
El zumo de 2 limoncillos verdes
2 cucharadas de miel
1 de azúcar
1 generoso chorro del mejor aceite
Otro, mínimo, de aceite de sésamo
Poquita sal gorda.
Triture la guirnalda de ingredientes (el ají, liberado de semillas) con la ruidosa túrmix o la acelerada Thermomix. Compruebe la sazón y, tapadita, guarde la salsa en la nevera.
Arranque la piel del lenguado y, con afilada destreza, separe sus hermosos lomos, que, en filetitos (de ahí su nombre, “tiradito”, deformación de estiradito) colocará sobre la untuosa y aromática salsa.
Escóltelo, si le place, con batata asada, cebolla morada en pluma, algas aliñadas, jengibre encurtido…
Chef Abraham García para SEA EIGHT